Ubicado en la zona costera de Besiktas, en Estambul, Turquía y con una de las mejores vistas del estrecho del Bósforo, se erige un imponente palacio que fue sede del Imperio Otomano a partir del reinado de Abdülmecit (1839-1861) y hasta el fin del sultanato: el Palacio de Dolmabahce.

De ser un centro de reunión de la armada otomana y el palacio de verano de los sultanes, este espacio se fue transformando a partir del siglo XVI, hasta llegar a ser la sede del poder administrativo en el siglo XIX. En este se pueden ver reflejados tres estilos arquitectónicos: Rococó, Barroco y Neoclásico.
El palacio cuenta con 285 habitaciones, 44 salas, 68 baños y 6 baños turcos, y se divide funcionalmente en tres áreas: “Selamlik” área administrativa y de asuntos gubernamentales (reservada para los hombres), “Harem” para la vida privada del sultán y su familia y el “Salón Muayede” que es la zona reservada para las ceremonias.
Abrió sus puertas como museo en el año de 1984 y el recorrido para los visitantes está meticulosamente diseñado para no perder detalle de la decoración en cada uno de los salones, habitaciones y pasillos. Para el cuidado de las alfombras, antes de iniciar el recorrido debes colocarte unas fundas plásticas desechables en los zapatos. Las fotografías en el interior no están permitidas.
Dentro del Selamlik lo más sobresaliente son el Salón Rosa, la Escalinata de Cristal dispuesta en forma de doble herradura, además de dos alfombras de piel de oso, regalo del zar de Rusia.
El Salón Muayede, donde el sultán solía recibir las visitas de estado y llevar a cabo celebraciones religiosas es un salón de 2,000 metros cuadrados, 36 metros de altura y conformado por 56 columnas. La joya del salón es una majestuosa araña de cristal de Bohemia con 750 lámparas y un peso de 4.5 toneladas, regalo de la Reina Victoria al sultán.
La última persona que vivió en el palacio fue Mustafa Kemal Atatürk, fundador y primer presidente de la República Turca. La habitación donde murió, el 10 de noviembre de 1938, se encuentra en el Harem y como dato curioso, todos los relojes del palacio marcan las 9:05, la hora de su fallecimiento.
Además de las áreas descritas, los jardines, las fuentes y las puertas al Bósforo son escenarios magníficos para la fotografía y el descanso.

El Palacio de Dolmabahce abre todos los días excepto los lunes y la administración está a cargo de la Dirección de Palacios Nacionales. El costo de acceso al Selamlik y el Salón Muayede es de 90 liras turcas, y para visitar el Harem se deben pagar 30 liras turcas adicionales, un total aproximado de 300 pesos.

Te recomiendo visitar su cuenta de Instagram: @dolmabahce_sarayi.