Cuantas veces la historia, el mito y la leyenda urbana, en Puebla, se da como hecho real de los sucesos o no sucesos y así lo discutimos, nos pasamos el tiempo, nos pasamos las horas pero al final lo interrelacionamos y lo damos como una realidad a veces aumentada, a veces inventada pero creemos que es la realidad.

Y así los dichos poblanos, los que nos hemos ganado por nuestra forma de ser y del que hacer, perro, perico, poblano no lo toques con la mano, tócalo con un palito pues es animal maldito, cuando debería decir es un animal bendito, u otro cerdo, cochino y marrano es lo que come el poblano, cuando debería decir cerdo cochino y marrano es lo que el poblano produce para que el mundo lo consuma, así el chicharrón, el tocino, que se llevaba hasta Europa en las barcas marítimas del viejo mundo, pipope poblano, pieza de perfección, aun que algunos se burlan de ser una pieza imperfecta y así podríamos decir de lo que hablan de nuestra forma de ser, de nuestro carácter y de nuestras memorias de amargura.

La vendimia en atrio de Santo Domingo.

Pero si a veces el chisme poblano ha llevado a implementar reconocimientos que se creen verdad y quedan en la memoria de los de aquí y de los de afuera, que fácil es decir algo, que fácil es dar historias y que feo que vengan de la misma comunidad, a veces por eso decían, Puebla la del pueblo chico y la de los chismes grandes, Zaragoza en su lucha del 5 de Mayo entre los dimes y diretes de los propios de los ejércitos decía, hay que voltear los cañones hacia la ciudad que veo ya que en el chisme urbano se decía que se preparaba una gran fiesta a los invasores, cuando en la realidad las personas de los barrios, las personas de los perímetros, subieron y lucharon defendiendo la patria, ahí están las memorias, los de Santa Anita, los de Xonaca, los de Xanenetla que además dieron cobijo a los heridos, pero la fama quedó como una marca de esta historia, y así teníamos o tenemos que estar en la discusión y en el chisme poblano, cuantas veces, estando en una mesa de amigos y tenemos que pararnos, lo mejor es aguantarnos porque seguro se hablará del faltante, o mejor decir hay les dejo mi reputación háganla como quieran y así se hace la historia.

Los franceses celebran su victoria

La verdad debe ser diferente y principalmente en un territorio que luchó por un prestigio, que luchó por un lugar, donde se defendieron luchas, se ganaron y se perdieron pensamientos, pero ahí esta la ciudad, si la caminamos y la observamos en cada esquina hay una historia, en cada esquina, en cada lugar, en cada espacio, en cada territorio alguien determinó las ideas y en su lucha ganó y construyó lo que las generaciones entienden y dialogan, pero también en cada época, existieron los gustos, existieron los enojos, existieron las aceptaciones y las no aceptaciones, el carácter y principalmente del poblano es así, de encuentros y desencuentros, de sociedad y no sociedad, de diferentes pensamientos y en forma de ser, de los que desprestigian y de los que alaban, pero al final es el pensamiento poblano y de ahí la leyenda, el chisme y el cuento o mito en la sociedad.

Rescate de la casa del Dean

Ahora son momentos de reflexión, son momentos de entendimiento, de muchos años de cambios en las estructuras de la propia sociedad, pero hablando de lo bueno vienen temporadas de la convivencia familiar, quizás por la pandemia en una forma diferente, pero si comunicativa, Puebla se prepara para la degustación, nos sentaremos en una mesa virtual, pero el chile en nogada, el mollete y los dulces, como el propio vino, lo tendremos que saborear, en esos momentos pensaremos, discutiremos e implementaremos las verdades y mentiras y volveremos a los dichos poblanos, a lo de las familias, a lo de los eventos, a lo que pasa aquí y a lo que pasa allá, a lo que entendemos y no entendemos, pero seguimos en un camino, en el camino del pensamiento propio, de dar lo mejor para recibir a veces lo peor, pero esa es nuestra forma de ser, es nuestra forma de interpretar, pero en la verdad de los hechos, los poblanos ahí estamos, defendiendo aunque lo critiquen nuestro carácter, nuestra forma de participar en la sociedad y defendiendo nuestras ideas, no podemos dejar que las cosas se paren, no podemos dejar que el chisme o el cuento trabe la historia del seguimiento, la historia del avance de lo que las generaciones han hecho para disfrute de lo que hablará el futuro, y así es esta historia y así nos han marcado, el poblano, el chisme y la realidad.

Dr. Sergio de la Luz Vergara Berdejo, cronista de la ciudad de Puebla