La conformación de una Ciudad obedece a diversos factores sociales y culturales, para enfrentar su medio físico.  Se puede definir como la ocupación de un área urbana, como creación humana histórica, una transformación, un proceso evolutivo, asentamiento social en un territorio.

Existen diversas referencias del funcionamiento de una Ciudad, Civitas en latín: políticos, económicos y sociales, pero definitivamente esta reseña intenta explicar cómo es que ciertas características son parte de su concepción histórica. Como podemos leer en la misma Ciudad la historia y su evolución, con base a elementos que definen su identidad y dotan de un carácter propio y único para su desarrollo.

Fragmento de plano de la ciudad Puebla. Oleo sobre lienzo, Siglo XVIII (MCA foto John O’Leary, 2010). Tomada del libro «Los secretos de la Puebla Antigua, Oscar Alejo y Sergio de la Luz Vergara Berdejo. 2016. H. Ayuntamiento de Puebla.

En ellas se descubren grandes misterios de su historia, de su patrimonio arquitectónico y urbano, de sus paisajes naturales, costumbres y tradiciones, leyendas, mitos, referencias astronómicas, arqueológicas y una de las más enriquecedoras la crónica urbana.

La crónica o historia “material”, explica y justifica en razón de quienes precisamente, en cada región, en cada pueblo, en cada barrio, y porque sus condiciones de vida y su cultura general, son también producto de la misma.

Los hechos históricos representan para dichos asentamientos un documento invaluable de experiencia y existencia, un legado para construir una identidad particular, los acontecimientos  marcan y permanecen en la memoria colectiva aún después de muchos años.

La evolución de una población a manera general y los actos que ahí ocurren, tienen injerencia en los cambios de las estructuras sociales y económicas y en las transformaciones arquitectónicas y urbanas de la ciudad.

El cambio de las actividades que se realizan incluyen las economicas y productivas de los pobladores, generando de esta forma una transformación del suelo.

El desarrollo urbano, muestra el estado que guarda su área y los elementos que la configuran, la traza, las vialidades principales, barrios, colonias y zonas o puntos de concentración de actividad, la estructura, sus relaciones, nodos, hitos, organización y distribución para entender el funcionamiento y su entorno, entender su ordenamiento.

Sus conventos, iglesias parroquiales de formas colosales, de poca o mucha elegancia, sus templos bajo distintas vocaciones, cárceles, cuarteles y cementerios rurales, sus plazas, mercados, fuentes, escasos monumentos, boticas y talleres, establecimientos industriales, escuelas, oficinas de correos o incluso telegráficas y tiendas de ropa y zapatos generan en conjunto la funcionalidad de la vida cotidiana.

El paisaje natural como contexto de gran majestuosidad y elemento a conservar dentro del perfil de la Ciudad.

La Arquitectura civil y religiosa y sus grandes significados y simbolismos, castillos de gran lujo, otros muy modestos, casonas con grandes patios centrales y crujías, techumbres  con vigas de madera, interiores ornamentados, fachadas en su  mayoría simétricas, vanos, macizos, molduras, cornisas con relieve, balcones empotrados, ventanas de madera, bajadas de drenes pluviales, pórticos, portones grandes y zaguanes de acceso.

La importancia de los sistemas constructivos y materiales en el paisaje urbano, y de ahí la necesidad de su estudio y comprensión. Entre cedro, pino, acocote, encino, fresno, abeto, piedra pómez, tejamanil, basalto, ónix, tezontle, cantera, mármol y demás calcáreas finas, adobe: materiales referentes de la construcción, elementos de identidad arquitectónica.  Portadas antiguas, túneles subterráneos, puentes, pozos, algunas avenidas olvidadas, espacios públicos y espacios al aire libre.

Analizar su fisionomía nos da la pauta para entender su conformación y posterior evolución,  conjunto de rasgos que distinguen o hacen única a una ciudad: entorno geográfico, trazo, formas arquitectónicas, algunos monumentos o edificios con características especiales. Huellas físicas de una cultura que dan identidad y destacan un perfil urbano.

La morfología urbana: efectos y características ambientales del espacio urbano, generados hacia el interior de una estructura de uso, generando una tipología urbana, basada en una planeación y desarrollo formal. Estos dos elementos conforman los testimonios materiales de un grupo social.

Mapa tomado del libro «La Ciudad de los caminos cortos. Puebla en su paisaje urbano histórico. UNESCO. Oficina en México. Nuria Sanz, Felipe Delmont y Angel Panero, 2017. H. Ayuntamiento de Puebla.

El asentamiento o emplazamiento, estructura urbana, manzanas y parcelas, los edificios o edificaciones antiguas que aún se conservan. Mezcla heterogénea difícil de clasificar, donde resaltan las vialidades más importantes, los puntos de concentración y referencia y estructura visual.

“La ciudad es un documento que se apoya de los datos históricos para poderla comprender.” Aldo Rossi lo explica como: “Su razón de ser (de la ciudad) es su continuidad, a las noticias históricas es necesario añadir las geográficas, las económicas y estadísticas, pero es el conocimiento del pasado lo que constituye el término de confrontación y la medida para el porvenir.”

La imagen es modificada, los cambios por los medios de producción, los usos de suelo,  la especulación inmobiliaria y los fenómenos naturales dejan huella de la transformación que puede ocurrir con el tiempo.

Entre barrios, sendas, bordes, hitos y nodos permanece la memoria colectiva de una morfología urbana, imágenes visuales que relatan al gran documento la forma de ser de la sociedad, de quien lo habita.

Las Ciudades son “lugares” que enaltecen sus características geográficas,  riqueza y belleza natural. Desde su fundación dignas de reconocimiento y alto valor, orgullo de los hombres y mujeres que las habitan.

La ciudad como documento histórico, reconocerla y entenderla como herencia de valor excepcional, arquitectónica y urbana. Con la finalidad de crear en la sociedad el sentido de apropiación de los monumentos y de esta forma promover su conservación, pues solo se conserva lo que se conoce, se respeta y se quiere.

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Orgullosa Poblana, promotora y difusora del patrimonio cultural tangible e intangible. Especial interés por la historia, gastronomía, arte y tradiciones, vida de barrio y regeneración de tejidos sociales. Maestra en Arquitectura con especialidad en Conservación del Patrimonio, Doctorante en Administración Pública. Ha trabajado en la Gerencia del Centro Histórico y Patrimonio Cultural, Consejo de la Crónica del Gobierno del Estado y actualmente en la Secretaria de Economía, Dirección de Energías Sustentables. Colaboradora de la UNESCO en el comité de Ciudades MIL, (Latinoamérica y el Caribe), conferencista sobre políticas públicas y buenas prácticas para el desarrollo sostenible aplicadas en ciudades patrimonio del mundo.